miércoles, 17 de julio de 2019

Un final no del todo feliz


Esto sucedió en  a Sala Arrebato del local de Rebel, juventudes de Liberagoza, antigua  LCR (Liga  Comunista Revolucionaria, de inspiración troskista y adheridos  a  la IV Internacional).
Entraba yo por la puerta y me puse en  medio  de  la  barra  del  bar.  A  mi  izquierda,  en  un  rincón  cerca  del  equipo  de   música,  estaban  dos  chicas  jóvenes  con  un  chico  que  vestía  una  chaqueta  vaquera  sin  mangas  en  la  que  se  podía  leer  una  A,  distintiva  de  Ateo  y  Anarquista.   
Al  otro  lado  de  la  barra,  atendiendo  a  la  gente,  había  un  camarero  jovencillo  que  estaba  hablando  continuamente  de   los  neonazis,  contando  aventuras  desagradables.  Mientras,  las  chicas  hablaban  de  Dios.  Intuyo  dos  cosas:  que  el  chico  en  cuestión  estaba  sintiendo  miedo  y  que  las  chicas  se  referían  a    con  el  apelativo  de  Dios.  En  la  otra  esquina  estaban  unas  chicas  mayores  que  yo,  con  un  senegalés  al  que  conocía  de  la  venta  ambulante,  que  luego  nos  hicimos  amigos  y  nos  íbamos  por  ahí  a  bailar  con  mucho  estilo.
 
Bueno,  pues,  una  vez  descrito  el  emplazamiento  de  la  gente,  paso  a  relatar  la  acción.  El  anarquista  saltó  la  barra,  le  quitó  el  bate  de  béisbol  que  blandía  el  jovencillo  camarero,  haciéndole  sangre  en  los  labios  y  dirigiéndose  a  romper  el  surtidor  de  cerveza  de  un  palazo.  Como  debía  saber  que  con  el  apelativo  de  Dios  se  referían  a    las  chicas,  nada  más  entrar,  y  estaban  con  él,  no  se  enfadó  conmigo  ni  con  ellas.  Para  él,  como  para  mí,  con  Dios  se  referían  al  Capital,  cuya  representación  en  el  bar  era  el  grifo  de  cerveza.  Hizo  una  lectura  política  del  hecho,  echándole  la  culpa  al  Capital.  Yo,  en  medio  de  la  violencia,  ni  corto  ni  perezoso,  le  dije  que  no  pasaba  nada,  que  se  tranquilizara,  no  haciéndome  nada  con  el  palo,  no  me  atacó,  sino  todo  lo  contrario,  me  miró  y  dejó  el  palo  y  se  fue.  Como  yo  estaba  de  acuerdo  con  la  interpretación  y  la  respuesta  del  muchacho,  pensé  que  eso  era  lo  que  había  que  hacer,  pero  que  es  un  delito  contra  la  propiedad.  Dudé  en  acompañarle  por  la  calle  para  disuadirle  de  que  entrara  en  otro  bar,  hiciera  otra  tropelía  y  le  pegaran.
 
Pero,  después  de  la  violencia,  mi  actitud  ante  ella,  lanzándome  a  hablarle  con  el  riesgo  de  que  me  atacara  también  a  mí;  no  se  sabía  hasta  que  punto  era  preso  de  la  ira,  salió  de  entre  el  grupo  de  mujeres,  que  estaban  con  un  senegalés,  como  ya  he  dicho  antes,  una  chica  que  me  dijo  literalmente:  “ me  gustan  los  de  la  ETA “.  No  sabía  como  había  acertado,  entendiéndolo  también  como  partidario  de  la  madre;  que  está  siempre  con  las  víctimas  y  que  tiene  una  gran  capacidad  de  sufrimiento,  es  decir,  que  me  tragaba  el  que  se  refirieran  a    de  manera  velada.  Todo  esto  lo  comprendió  la  chica,  con  gran  inteligencia,  y  dándose  cuenta  de  que  yo  asumía  la  violencia   como  respuesta  virtual,  sin  nombrarle  en  ningún  momento  a  la  policía  o  a  la  propiedad  privada  que  había  violado  y  transmitiéndole  que  no  ocurría  nada  importante,  que  se  calmara,  dando  a  entender  que  lo  que  decían  de    las  chicas  que  estaban  con  él  no  me  afectaba.  La  chica,  después  de  decirme  que  las  jovencillas  se  habían  quedado  llorando,  reaccionó  con  la  misma  interpretación  que  yo,  sobre  todo  asumiendo  la  violencia,  mostrando  poco  miedo  por  ella.
 
La  chica  en  cuestión  sabía  que  las  chicas  jóvenes  se  referían  a    con  el  apelativo  de  Dios.  Entonces  ella,  mostrando  su  emancipación,  se  dirigió  directamente  a    porque  le  gustaba.  Nos  vimos  el  sábado,  con  los  amigos  del  bar  donde  bailamos.  Los  que  se  quedaron  hasta  el  final  de  la  música  fuimos  a  casa  de  la  chica  a  la  que  le  gustaba,  invitados  por  ella.  Yo quería  estar  a  solas  con  ella,  cuyo  nombre  no  recuerdo.  Cuando  dije  que  iba  a  hacer  un  porro,  esa  fue  la  señal  para  que  se  fueran  todos  y  nos  quedáramos  a  solas.  Me  dijo  que  tenía  SIDA,  pero  a  pesar  de  ello  nos  acostamos,  porque  según  yo,  el  amor  lo  puede  todo.  Cuando  avanzaba  el  reloj  me  dijo  que  me  fuera  porque  iba  a  venir  un  chico  que  le  había  ayudado  mucho  e  igual  se  enfadaba  por  mi  presencia.  A  los  pocos  días,  los  encontré  en  el  bar  de  la  Pedregada,  conociendo  al  chico  de  ella.  Pero  yo  me  emparanoyé  cuando  explicó  que  había  repartido  el  pan  para  todos.  Si  lo  piensas  estaba  explicando  que  se  había  acostado  con  los  dos.  Pero  a  raíz  de  la  conversación  que  llevábamos  ( les  conté  toda  mi  lucha  política ),  él  me  hizo  señas  de  que  me  fuera  con  ella,  que  le  gustaba  como  era  yo.

 
El  sábado  nos  vimos  ella  y  yo,  y  le  dije  que  el  SIDA  era  la  barrera  de  nuestra  relación.  Ella  se  angustió  como  yo  no  había  visto  y  nos  despedimos,  más  bien  ella  se  fue  destrozada.  Así  que  se  frustró  mi  relación  por  el  riesgo  que  tomaba.  Y  sin  más,  se  acabó  toda  mi  aventura  con  una  chica  que  me  quería  mucho,  me  agarraba  del  brazo  como  dos  casados.  Ella  me  dijo  que  era  viuda  y  que  le  daba  a  la  cocaína.  No  se  pudo  seguir  con  la  relación,  no  se  pudo  hacer  más. 

Carlos Santos

Alimentación Sana


¿Qué entendemos por alimentación sana?

Dentro de una alimentación sana debemos  comer toda clase de alimentos, procurando que contenga todos los nutrientes y a ser posible que las frutas, verduras y cereales estén recién cogidos del campo. Comer es una necesidad vital y si lo hacemos bien nos ayuda a  mantenernos sanos y libres de enfermedad.

Los componentes a tener en cuenta en la alimentación son: que sea una alimentación variada y  equilibrada y que contenga con una cantidad de líquidos adecuada.

Sobre la cantidad de comida que tenemos que ingerir podemos decir que tenemos que comer la justa medida. Se dice que lo ideal es hacer cinco comidas al día, comiendo despacio y masticando bien.

El lugar ideal para comer es  en el comedor, bien sentado en la mesa.

Y es mejor comer acompañados, porque es un momento muy bueno para compartir con nuestros amigos y familia.

Dentro de los beneficios de comer sano podemos destacar que estaremos más ágiles y sanos, pensaremos cosas positivas en relación a nuestra alimentación, estaremos mejor anímicamente, estaremos en forma, nos ayuda a tener buen humor, trabajar mejor, relacionarnos mejor con los demás y estar libres de enfermedad.

Sin embargo, las consecuencias de la mala alimentación pueden ser enfermedades, mal funcionamiento de los órganos, sobrepeso, mala digestión, desnutrición e intoxicaciones, mal estado anímico e incluso  muerte.

¿Y vuestra alimentación, cómo es?
  
   Los cowboys de Miravalles


El respeto


El respeto es comprender la postura de los demás aunque no la compartamos  y tener buen porte y buenos modales. Por ejemplo, saber guardar  las distancias y mantener  el silencio ante una tragedia.

Ponemos algún  ejemplo que hemos  visto  o vivido  de  NO RERSPETO:
Alborotar, los insultos o menosprecios, no  ser comprensivos, gritar o cantar cuando estamos con gente (durante las comidas, cenas, etc.), discutir o lo que se siente ante algunas ordenes.

Y de RESPETO:
Estar callado y tener paciencia, aceptar mi forma de ver la vida, ser comprensivo, no discutir y lo que me hacen sentir los auxiliares y compañeros.

¿Para que sirve el respeto?
Para que te respeten, para la convivencia y paz social, para mejorar las relaciones con las personas, para dialogar con los demás, para respetar la pluralidad de ideas y enriquecerse con ellas y para escuchar a los demás.

Cuando nos respetan nos sentimos intranquilos, preocupados, heridos, indiferentes, sentimos lastima, pensamos que hemos hecho algo para merecerlo, etc. En esas ocasiones o no hacemos nada, o permanecemos impasibles, o a veces nos defendemos o contestamos. Sin embargo, lo que nos gustaría hacer es no discutir, quedarse callado y defender mi punto de vista.

Con los demás podemos ser más respetuosos:
· Estando callados.
· Teniendo ciertas consideraciones.
· No metiéndonos con nadie.
· Estando dispuestos a colaborar y ayudar al que lo necesite.
· Escuchando cuando hablan.

En cuanto a nosotros mismos:
· Estar tranquilos.
· Procurar tener buena salud.
· Mantener el orden.
· Ir bien aseado.
· Mantener  la higiene.
· Tomar la medicación.
· Hacer cosas que nos vienen bien (rezar ,relajarse, tocar la guitarra, escuchar música,).

Y con el entorno:
· No gritar ni hacer ruido.
· Respetar el medio ambiente y no atentar contra la naturaleza.
· Mantener la limpieza.
· Respetar el orden.
                  Los Cowboys de Miravalles.